Ser y Tener no es lo mismo

​Hay una frase que dice “En la viña del Señor hay de todo”. No hay duda que ésta tiene mucha veracidad.  Caminando por la vía pública observamos a diario personas que se proyectan honestas,  generosas,  respetuosas y dignas. No  obstante, al cruzar la calle,  intentamos encontrar respuesta para justificar el comportamiento o la conducta inaceptable e inmoral de otros. Cada cual es libre para elegir el modelo de persona que desea ser y el patrón de conducta que destacará en el rol que desempeñe. Consideró la palabra “Ser”,  sinónimo y esencia de los valores humanos. Si elegimos “Ser” egoístas, irresponsables, arrogantes, intolerantes, impuntuales e imprecisos, no nos en caminaremos a cosechar resultados positivos.
 
La palabra “Tener” expresa poseer y disfrutar de una cosa, refiriéndose a bienes gananciales, familia, hogar, trabajo y el disfrute a plenitud de la salud y la naturaleza. Ciertamente, “Tener” es el cumplimiento del poseer,  del deseo y la apreciación  del gusto. Debemos aprender a diferenciar lo que somos como individuos, de lo que obtenemos por esfuerzo y  sacrificio con nuestro trabajo. No podemos olvidar que seremos recordados como protagonistas de nuestras  acciones, cualidades y valores.
 
Es imposible que el dinero te garantice cosas intangibles como emociones, felicidad y sanidad. Puede, en cambio,  comprar algunas personas en calidad de cómplices,  que faltan a la ética y la moral establecida en la sociedad. El ser y tener no puede hacernos creer que somos diferentes a los demás. Se equivocan los que tienen autoridad, poder, influencias, exclusivas residencias y vehículos lujosos; que utilizan mecanismos para humillar y denigrar a otros. Todos somos hechos a la imagen y semejanza de Dios. ¿De qué vale tenerlo todo y no ser feliz o carecer de una buena salud?
 
¿Hacia cuál concepto te inclinas en la vida, a “Ser” o “Tener”? Anhelo brindarle alternativas y opciones a todos los que me rodean a través de mis ejecutorias y talentos; para que transiten en este mundo lleno de oportunidades. Recorreré la humanidad para disipar la carencia de ánimo e interés de aquellos que necesiten continuar o comenzar su proyecto de vida. Contribuiré a formalizar y promover las obras e ilusiones de aquellos llenos de destrezas y ambiciones para alcanzar sus sueños. Moveré constantemente mi voluntad  hasta adquirir la bravura que le permita a mi “Ser” acomodarse a las circunstancias;  alcanzaré el resultado feliz de la fantasía que he optado como verdadera y que unos le llaman visión y otros lo identifican como locura. Realizaré todo lo fructífero que Dios me ilumine, aunque al final me lleve sólo la satisfacción de haber intentado contribuir con el sueño de otros.
 
Un hijo de Borinquén, quién dedicó muchos años al servicio público,  con su ejemplo logró transformar su ciudad en un país. Dirigió y posicionó sus habitantes a un mejor futuro con sus obras. Mostró su gran capacidad como líder, ganándose la confianza de todos por  “Ser”  un hombre íntegro y honesto. Me refiero al honorable William Miranda Marín, alcalde de Caguas,  Puerto Rico, quién el 4 de junio de 2010,  pasó a morar con el Señor. Los boricuas se desbordaron con manifestaciones de afecto. Expresaron que existen muy pocas personas que posean la talla humana de este extraordinario hombre. William Miranda Marín, demostró su “Ser”  y logró “Tener”  el respeto, el respaldo y la admiración de todo un pueblo,  de todo un país.
 
La moraleja estriba en que es mejor  “Ser” un ejemplo a emular por todos  y “Tener”  prosperidad  basada en los principios y misericordia de Dios. 

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