Existe una "población", que vive en una constante competencia con todos los que intentan superarse, para darle de comer a su familia y no tener que depender de las ayudas gubernamentales. Los que pertenecen a esta "población" aparentan tener una vida de "millonarios", endeudando ó empeñando lo poco que tienen; para vestir de marcas reconocidas, tener carros costosos y vivir en urbanizaciones con control de acceso. Viven el momento, aunque están convencidos de que no tienen vida. Son perseguidos por los cobradores de las Instituciones Financieras y el Arrendador de la casa que muestran en las redes sociales. Para éstos, es imposible cubrir sus gastos mensuales, con el trabajo que realizan porque no ganan lo suficiente. La situación que enfrentan, se debe a la falta de la preparación académica que se requiere para ser ascendidos. Cabe destacar, que perdieron los mejores años de su vida enfocados en criticar, entorpecer y dañar el fruto del trabajo de amigos, vecinos, compañeros y familiares. Es decir, aquellos que se convierten en profesionales o deciden levantar una empresa y viven en un nivel mas alto que el de ésta "población", tienen que esquivar los cantazos de los mediocres, que sienten enojo en su interior por su éxito.
Como dato importante, diariamente, se publican noticias de robos, escalamientos y fraude, entre otros delitos. Aunque cada caso tiene su propia historia, un porciento muy alto de las víctimas son personas que trabajan día a día para tener calidad de vida. Ciertamente, los que cometen estos tipos de delito, no han invertido su tiempo en desarrollar un proyecto y sus actos son producto de la "envidia". La gran mayoría no quiere trabajar y buscan la manera más fácil de ganar dinero. Siguiendo la linea de pensamiento, cuando algún "emprendedor" muere ó anuncia el cierre de su negocio, es visto como uno menos que alcanzar o superar. En otras palabras, es la gran oportunidad que se le presenta a esta "población", para adueñarse de su lugar. Es preocupante la falta de sensibilidad, de respeto y el poco valor que se le dá a la vida ajena.
La noticia del deceso de cualquier persona que haya tomado la decisión de prosperar, motiva a todos sus allegados a levantar su voz para destacar sus valores, cualidades y las habilidades que utilizó en vida, para enfrentar cada uno de sus retos. Enaltecen su vida, con palabras que no salen del corazón, pero denotan tristeza. Se unen en oración a través de las redes sociales y todos publican su última foto. Su descendencia sentirá que toda esa marea de tristeza, es el mejor acto de hipocresía, de aquellos que no se detuvieron a respaldar a su padre; mientras construía su gran sueño. Con esa misma carencia de sentimientos, dejarán de mencionar su nombre y resaltar su legado.
Todos seremos olvidados, no lo duden. Sólo los herederos de nuestra gran obra y aquellas personas que ayudamos e impactamos con palabras de aliento, recordarán nuestro paso por la vida. Nuestros hijos, compartirán anécdotas que los llenarán de orgullo y aunque enfrentarán las mismas dificultades, pondrán en práctica lo aprendido. Solo por cuarenta y ocho (48) horas, después de fallecer, gozaremos de la atención de todos los que nos regalarán el último aplauso y se despedirán con un ¡Hasta siempre!
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AutorEl autor es Coach Empresarial y de Vida. Estudió Justicia Criminal y es el autor de los libros Jamás Vencido por la Vida y ¿De Quién son éstos Zapatos? BOOKSTOREComunidadArchivos
Agosto 2024
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