Atrapa tus sueños

¿Por qué dudas que puedes ser exitoso y dueño de lo que deseas? La vida resulta ser un cúmulo de enseñanzas, de aprendizaje continuo. En fin, es una especie de escuela. Existe un intérvalo de tiempo durante la adolescencia, donde nos forjamos unos sueños, unas expectativas de vida que en ocasiones nunca podemos comenzar o dejamos inconclusas. Desperdiciamos las oportunidades para materializar y hacer realidad esos sueños. Nos dejamos atrapar por pensamientos cargados de incertidumbre, inseguridad e insensatez, los cuales creamos y albergamos en nuestras mentes.
 
Es en la adolescencia donde nos encontramos en plena juventúd y llenos de bríos, cuando expresamos y nos formulamos en conceptos e ilusiones variadas como la profesión que nos cautiva, la casa, el vehículo que deseamos y un sin número de cosas que nos motivan. Hasta meditamos cómo será la persona con quien queremos casarnos y en miles de cosas más. Imaginamos en nuestro interior una especie de fantasías espectaculares para un mañana de felicidad. Estos pensamientos nos transforman y producen gran satisfacción, y nos llenan de vitalidad. 
 
Sin embargo, arribamos la etapa de adultos y tomamos decisiones adversas y contrarias que fulminan lo que anhelamos cuando nos visualizábamos un otro diferente. Algunos lo identifican como “Un mundo color de rosa, repleto de esperanza, sin límites, sin problemas ni obstáculos. Nos convertimos en saboteadores y sepultureros de esos sueños, imágenes y aspiraciones. Es muy lamentable porque nos cambia totalmente el panorama de lo que con tantas ansias y esperanzas habíamos trazado para el futuro. 

​¿Por qué ocurren estos cambios? Lo cierto es que los padres debemos estar atentos y vigilar las transformaciones, inquietudes y cambios que sufren, padecen y encaran nuestros hijos; así como cumplir con el reto de encaminarlos. En ocasiones la sociedad, el ambiente y las presiones de grupo se encomiendan y encargan de desviarlos, si no se les provee herramientas para continuar. Los jóvenes viven unas experiencias de vida demasiado intensas durante su transición, desarrollo y  formación camino a la adultez. Enfrentan incertidumbres para elegir su centro de estudios, una carrera, una profesión y otras circunstancias. Al completar sus estudios se lanzan en búsqueda de empleo, unos no logran la oportunidad o son rechazados y discriminados. Hay particularidades en que no tienen ni existe otra elección y optan por otros oficios. Son estos acontecimientos los que llegan a desanimarlos y los forzán a engavetar sus sueños en el baúl del olvido. Ellos ignoran que poseen en su interior el poder de darle vida a sus sueños con su empeño,  esfuerzo y fe.   
 
Nunca permitas que las decisiones del pasado formen parte del presente ni de tu destino. Cuando pienses en que tus aspiraciones se desvanecen y se evaporan en medio de la melancolía  y la depresión, comienza a frenar ese desánimo con cosas que te inspiren motivación. Siempre debemos estar preparados para salir a ganar, a retomar y recobrar nuestros sueños. Jamás utilices el pasado de excusa para no enfrentar las dificultades que se anteponen a tus designios, a tu propósito de vida.
 
Confía en ti, en ese potencial interno que nadie te puede arrebatar ni robar. Reclama con valor y mucho afán lo que te pertenece. Sólo tú decides tu porvenir y tu futuro al no permitir que tus ilusiones se extingan. Resiste, atrapa tus sueños y no los cambies. Recuerda que el que persevera triunfa. Inúndate de pasión por tus metas, prográmate y crea ese mundo virtual que te motivó en la juventúd.  No olvides “Si Dios está contigo quién contra ti. ¡Adelante! 

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